miércoles, 30 de septiembre de 2015

Estrategias para mejorar la economía de carrera



Strategies to Improve Running Economy
Barnes KR, Kilding AE
Sports Med 45:37-56, 2015

La Economía de Carrera (EC) ha sido identificada como el factor crítico contribuyente al rendimiento en carreras de resistencia. El estado estable de consumo de oxígeno para una velocidad de carrera dada, que normalmente hace referencia a la EC, refleja la energía demandada para correr a una velocidad submáxima constante. Varias estrategias pueden contribuir potencialmente a mejorar la EC a través de respuestas adaptativas metabólicas, cardiorrespiratorias, biomecánicas y neuromusculares. En esta reciente revisión actualizada se examinan varias estrategias de entrenamiento que han sido probadas para mejorar esta capacidad. El historial y volumen de entrenamiento han sido sugeridos como factores importantes en la mejora de la EC, así como el entrenamiento de cuestas, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (especialmente cercano a zonas máximas o supramáximas de intensidad), a través de variaciones en la frecuencia, duración, volumen y periodización. Más actualmente, las investigaciones han demostrado que el entrenamiento de fuerza periodizado y el entrenamiento pliométrico (EP) y de fuerza explosiva pueden desencadenar también amplias mejoras en la EC, gracias a las adaptaciones neuromusculares producidas. Se sugiere que el entrenamiento de fuerza con cargas altas puede tener más implicación, aunque bien es cierto que la técnica de carrera podría ser mejorada gracias a las adaptaciones producidas en el EP y esto llevar de manera indirecta al desarrollo de la EC. No se ha podido asegurar las mejoras en el reclutamiento muscular mediante estos tipos de trabajo de fuerza ni su transferencia a un incremento en los patrones de reclutamiento de fibras en el gesto de carrera debido a que las mediciones se han limitado a evaluar parámetros indirectos (potencia en salto, tiempos de contacto con el suelo…). Métodos directos como la EMG serán necesarios para futuras investigaciones en este campo. Parece que existe un grado óptimo entre flexibilidad y stifness muscular y tendinosa requerido para maximizar la EC, de modo que el entrenamiento de la flexibilidad podría conducir a la prevención de lesiones pero no así a la EC a partir de cierto punto. Parece claro que intervenciones desde el entrenamiento afectan a la EC. Los investigadores deberían concentrar sus investigaciones en un mayor entendimiento en los tipos y mecanismos que afectan a la misma, así como a los factores que pueden modificarla desde la práctica y fuera de los laboratorios.

martes, 29 de septiembre de 2015

ACTIVIDAD FÍSICA Y CÁNCER



septiembre 28, 2015/ JL Chicharro / Actividad física y salud, Blog / 0 comentarios

Ejercicio mayores 2La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda ejercicio moderado para combatir el riesgo de mortalidad por en enfermedades crónicas. Desde hace años diferentes estudios han mostrado como la realización de ejercicio previene algunos tipos de cáncer, y es muy eficaz como parte del tratamiento en los supervivientes de esta enfermedad. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Li y col, 2015; Br J Sports Med 18-sep) en el que los autores realizaron un meta-análisis valorando la asociación entre la actividad física y la mortalidad por cáncer. Examinaron los estudios publicados hasta mayo de 2014. Un total de 71 estudios cumplieron los criterios de inclusión. Los resultados mostraron una relación inversa dosis-respuesta entre los efectos de la actividad física y la mortalidad por cáncer. En la población general, un mínimo de 2,5 h/semana de actividad física moderada se asoció a una reducción del 13% de la mortalidad por cáncer. Los supervivientes de cáncer que completaron actividades equivalentes a 15 METs-h/semana (1 MET=3,5 mlO2/kg/min) de actividad física alcanzaron una reducción del 27% en la mortalidad. En conjunto se observó que en los supervivientes de cáncer el efecto protector fue mayor para la actividad física realizada después del diagnóstico que pre-diagnóstico.
La evidencia científica muestra que el ejercicio físico ayuda a prevenir la aparición de muchas enfermedades crónicas entre ellas el cáncer. La incorporación de la actividad física como parte del tratamiento en enfermos de cáncer, independientemente que con anterioridad hubieran realizado ejercicio, parece de gran utilidad, si bien la realidad muestra que la prescripción de ejercicio en los supervivientes de cáncer no está bien protocolizada entre los equipos de oncólogos. Seguramente la participación en los equipos médicos de profesionales bien formados en “salud y ejercicio” facilitaría la implementación de la actividad física como parte del tratamiento.